El factor sorpresa
La boda de Mónica y Luis es uno de los trabajos en blanco y negro más especiales que he podido realizar hasta la fecha. Aunque también es uno de los trabajos en los que he podido sentir más tensión.
La boda, ahora que podemos contarlo… era llamada por los cuatro privilegiados que conocían la noticia como la “no boda”, dado que ninguno de los invitados era consciente de que realmente acudían a una boda.
La pareja había organizado con motivo de una fecha de especial importancia para ellos una fiesta a la que iban a acudir su círculo más cercano e íntimo en sus vidas, por lo que nada se desarrolló bajo el protocolo de una boda habitual y por ello las fotos se tomaron de la manera más espontánea y documental.
Pero, ¿y por qué sentía entonces esa tensión?. Os podréis hacer esta pregunta, era una boda documental.
Bueno, pues el encargo vino de la mano de mi más allegado amigo, se casaba su hermano y deseaba que yo fuera su fotógrafo. Así que no iba a haber reuniones previas, ni prebodas, ni nada por el estilo. Nada se iba a desarrollar bajo mi control e iba a ser uno más expuesto al factor sorpresa.
El resultado, espero que lo disfrutéis. La reacción de esta extraordinaria pareja al ver sus recuerdos en imágenes no puedo describirla con palabras.